Mitigas sombras que se interponen a recuerdos dulces.
Sentimientos y cualidades se manifiestan en este aire enfermo.
Tu dolor es mi dolor. Congelo tu aliento buscando la emoción en cada exhalación.
Consciente de que mi mirada adopta tu fuerza, soy yo el que ahora arroja luz sobre la verdad.
Lo que ves, es lo que hay. Los ojos no mienten.
Plasmar nuestro dolor ha sido mi terapia emocional.
Para convivir con heridas que nunca cicatrizarán.
Un dolor imperecedero. Una expresión de amor. Una luz inmortal.
Adrián Pita Otero